El vallenato no está en crisis

Por: José Atuesta Mindiola

Cuando el ser humano cruza la frontera de la juventud empieza a mirarse en el espejo de la nostalgia. Y en la medida que avanza con sus años por el camino del atardecer, más percibe el aroma de los recuerdos; entonces defiende el criterio de que todo tiempo pasado fue mejor.

La juventud es la época dorada de la vida que define nuestra identidad por una profesión y nuestra sensibilidad por el arte; por eso es entendible que a las personas mayores que les gusta la música vallenata tengan marcadas preferencias por las canciones que escucharon en sus años juveniles y defiendan con variados argumentos sus razones.

Las personas mayores que disfrutaron la poética de la narrativa y la lírica de los cantos vallenatos viven añorando esas canciones. La añoranza es una simple ilusión, el tiempo que se va no vuelve. Los compositores actuales viven otros escenarios y tienen otras formas de expresar los sentimientos.

La estética del romanticismo no solamente ha variado en las letras de las canciones vallenatas, es un fenómeno universal que se ve en todo tipo de música popular. ¿Qué compositor del momento escribe una cumbia con la calidad poética de “La piragua” de José Benito Barros?

Para nadie es un secreto que el vallenato es la música popular representativa de Colombia. No es aceptable afirmar que está en crisis. Todo lo contrario, vive en pleno furor por el país, se pasea por las plazas, por los grandes salones y se escucha en todas las emisoras. A pesar de que los académicos aseveren que su esencia primigenia narrativa rural se ha perdido, que hoy el compositor es citadino, que la inspiración nacida en el asombro de la contemplación de la naturaleza ya no existe, a pesar de estas aserciones aún se escuchan buenas canciones y con el ingrediente de que son bailables y le agradan a la juventud. Basta ver una presentación de Silvestre Dangond, el artista de las multitudes.

El maestro Jorge Oñate, en el anterior Cd, grabó de la autoría de Aurelio Núñez, “Te regalo mis triunfos”, una canción de hondura poética y alta calidad musical, que pasó a la categoría de clásicos del vallenato. En su reciente grabación, Iván Villazón canta, de Fabián Corrales, “En señal de victoria”, otra bella canción de esencia raizal vallenata.

Aunque también es cierto que a veces unos grupos graban algunas canciones que carecen de sello poético, que rayan en lo ridículo y son estridentes al oído y no está de más resaltar que no todo lo que se graba con acordeón es música vallenata. Les recomendamos a estas agrupaciones jóvenes que tengan un verdadero director y arreglista para seleccionar y elevar el nivel de las grabaciones, y a los nuevos compositores, que aprendan de los maestros y no se afanen por la cantidad sino en la calidad.

Los nuevos compositores pueden mejoran su calidad poética y musical aprendiendo de los maestros, leyendo poesía y escuchando buena música. El maestro Gustavo Gutiérrez Cabello podría montar una académica para que los jóvenes que tengan talento en la composición vallenata lo desarrollen. Nadie mejor que los buenos compositores para ser los profesores de la poética del canto vallenato, pero no para tratar de sacar clones de Escalona ni Leandro Díaz, sino para ayudar a que cada joven talentoso pueda crear su estilo personal y mejorar la calidad de sus composiciones. El maestro Gustavo Gutiérrez en varias ocasiones ha expresado: El folclor que no evoluciona tiende a desaparecer.

Un pensamiento en “El vallenato no está en crisis

Comenta.